Celebramos el número 50 de la revista Temps d’Educació, cuyo primer volumen vio la luz, con el auspicio de la Divisió de Ciències de l'Educació de la Universitat de Barcelona, en 1989, un año decisivo en nuestra historia reciente, que Wikipedia presenta así:
«Este año marca un giro en la historia del mundo por las revoluciones que derrocaron a los estados comunistas de Bloque del Este, conocidas como las Revoluciones de 1989: la disolución del Telón de Acero en Europa y la caída del Muro de Berlín, símbolos de la Guerra Fría. Las revoluciones de 1989 anunciaron la desaparición de la Unión Soviética dos años después. (Wikipedia, La enciclopedia libre, 2016)».
El mundo post-1989 ya no será lo que fue antes. Los acontecimientos que se sucedieron in illo tempore representaron el cierre de un ciclo político y un acicate para las tradiciones teóricas (Blackburn, 1994). Si por un lado, el eclipse del comunismo parecía indicar el triunfo de la tradición democrática liberal de la modernidad (Habermas, 1994), por otro, ahondaba en la muerte de los grandes metarrelatos anunciada por el postmodernismo. El nuevo contexto forzaba a replantear el propio sentido del tiempo. Para Habermas, la modernidad había supuesto, antes que nada, una visión diferente de éste.