El discurso dominante de la normatividad corporal opera a través de las relaciones de poder que regulan nuestras prácticas sociales. Así, los cuerpos son construidos de acuerdo a unos estándares hegemónicos que legitiman la existencia subjetiva de los individuos. En este trabajo se describe y analiza una propuesta provocativa con alumnado de Secundaria, que supone la lectura de un relato ficticio y una representación escénica, con el fin de visibilizar y combatir las injusticias sociales que perpetúan este discurso desde el punto de vista del colectivo socialmente oprimido. Se pretende igualmente conocer las emociones, sentimientos y experiencias que el alumnado ha vivenciado durante la intervención. Los resultados muestran una mayor comprensión por parte del alumnado de cómo se regulan y se construyen los cuerpos según los significados otorgados, y cómo al ‘ponerse en el lugar de otras personas’ han hecho una reflexión sobre sus percepciones motivándolos a transformarlas y dejar de lado los prejuicios y las prácticas de desprecio hacia los cuerpos no normativos.