La cara amable de las bacterias. Cómo nos ayudan y qué podemos aprender de ellas
Anna Maria Solanas
Sabemos que las bacterias nos proporcionan grandes beneficios. Por ejemplo, el planeta no se colapsa gracias a estos seres vivos, que descomponen la materia orgánica para que plantas y animales tengan los minerales necesarios para sobrevivir. Nuestro cuerpo tampoco podría subsistir sin la multitud de microorganismos con los que interacciona de manera provechosa. Y, si no fuera por la acción de las bacterias, los mares estarían llenos de hidrocarburos y habríamos perdido la guerra contra la contaminación química. Con todo, la palabra bacteria suelen provocarnos un sentimiento de temor, probablemente basado en prejuicios porque nos recuerda a las bacterias patógenas, las que causan enfermedades a pesar de que solo sean un centenar de especies entre las decenas de miles que existen. Este libro explica cómo funciona la vida en su forma más sencilla y por qué la humanidad debe a estos organismos su periplo por la Tierra.