5. LOS
PLANETAS
5.1
El Sistema Solar
Clásicamente, el Sistema Solar se
ha venido considerando constituido por
nuestra estrella el Sol ,
nueve planetas con sus
correspondientes satélites, asteroides, cometas, meteoroides, polvo
meteórico y gas interestelar.
Sin embargo, tras
varios años de debate, la Unión Astronómica Internacional (UAI) en su XXVI
Asamblea General celebrada en Praga en agosto de 2006 adoptó una importante
modificación en la definición del concepto de planeta mediante las siguientes
resoluciones:
Los planetas y el resto de los cuerpos a excepción
de los satélites dentro del Sistema Solar se definen en tres categorías
diferentes de la siguiente manera:
1.-Un planeta es un cuerpo celeste que (a) está en
órbita alrededor del Sol, (b) tiene suficiente masa para que su gravedad supere
las fuerzas asociadas a un sólido rígido de manera que asuma una forma (casi)
esférica en equilibrio hidrostático, y (c) que sea el objeto gravitatoriamente
dominante en el entorno de su órbita. Los ocho planetas son: Mercurio, Venus,
La Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y
Neptuno.
2.-Un "planeta enano" es un objeto celeste
que (a) está en órbita alrededor del Sol, (b) tiene suficiente masa para que su
gravedad supere las fuerzas asociadas a un sólido rígido de manera que asuma
una forma (casi) esférica en equilibrio hidrostático, (c) que no sea el objeto
gravitatoriamente dominante en el entorno de su órbita, y (d) que no sea un
satélite. Plutón es un planeta enano
según la definición anteriormente dada y se reconoce como el prototipo de una
nova categoría de objetos Trans-Neptunianos.
3.-Todos los
otros objetos orbitando el Sol deberían ser llamados colectivamente como
"Pequeños Cuerpos del Sistema Solar".
Esta categoría incluye actualmente la mayoría de los asteroides del
Sistema Solar, la mayoría de los objetos Trans-Neptunianos (TNOs), cometas y
otros cuerpos pequeños.
Aunque la UAI no ha cerrado la lista de los
considerados como planetas enanos (a excepción de Plutón), a esta lista se
añaden Ceres (el mayor asteroide) y Eris (objeto trasneptuniano mayor que
Plutón descubierto en 2003) así como otros objetos que se reclasifiquen o se
descubran en el futuro.
Por tanto, según la nueva
definición, el Sistema Solar está constituido por nuestra estrella el Sol , ocho planetas con sus correspondientes satélites, varios planetas enanos, cientos de millares de asteroides, cometas, meteoroides, polvo
meteórico y gas interestelar.
Dado que la
resolución de la UAI cita específicamente Plutón como el prototipo de planeta
enano lo incluiremos en las tablas de este texto como un planeta más con el fin
de dar sus características físicas en comparación a la de los planetas.
Los planetas son cuerpos esferoidales y
oscuros que reciben y reflejan la luz del Sol, alrededor del cual giran
describiendo órbitas elípticas. Se clasifican en terrestres: Mercurio, Venus, La Tierra, y Marte; y jovianos: Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
Los
primeros tienen dimensiones, achatamiento y densidad media comparables a los de
la Tierra, estando rodeados de atmósferas transparentes que permiten observar
los detalles de su superficie, excepto en el caso de Venus debido al espesor de
las nubes que lo envuelven; sus periodos de rotacion, son de uno o más días.
Los
segundos, también llamados gigantes por sus dimensiones, son más achatados y de
pequeña densidad media, y presentan atmósferas opacas y de gran espesor
comparado con la parte sólida; los periodos de rotación son del orden de medio
día, creciendo en cada planeta dicho periodo al desplazarse del ecuador hacia
los polos.
En la
TABLA III damos los datos físicos del Sol, de cada
unos de los planetas del Sistema Solar y de Plutón.
Los satélites acompañan a los planetas describiendo órbitas elípticas
alrededor de éstos. Algunos de ellos se conocen desde antiguo. Otros han sido
descubiertos recientemente gracias a la exploración llevada a cabo con sondas y
satélites artificiales. En la TABLA IV damos el
nombre y sus principales datos astronómicos. La mayor parte de la información
de los satélites pequeños es incierta, en particular los diámetros, que están
sujetos a errores del 5 al 10%. La excentricidad de las órbitas de los
satélites de Júpiter I, II y III es variable (se indica la media). Para los
satélites que no son esféricos damos el valor del eje medio como diámetro.
Probablemente existen aun satélites por descubrir. En la Tabla hemos
consignado sólamente los que se toman ya como definitivos a partir del estudio
de los datos obtenidos de las sondas Voyager 1 y 2.
Los planetas Júpiter, Saturno,
Urano y Neptuno presentan anillos constituidos
por partículas sólidas de tamaños variados. Desde los viajes de las sondas
espaciales Voyager 1 y 2 sabemos de la existencia de un sistema de tres
delgados anillos que rodean Júpiter extendiéndose hasta 359.000 km de la
superficie del planeta. Están formados por partículas muy oscuras que les dan
un brillo diez mil veces menor que el de los anillos de Saturno, lo cual unido
a su poco grosor (aproximadamente 1 km) hace muy difícil la observación desde
la Tierra.
El sistema de anillos de Saturno es
el más espectacular. Entre los anillos existen espacios con menor densidad de
materia denominados divisiones que
los separan en segmentos denominados anillos E, G, F, A, B, C, D según nos acerquemos al
planeta. En la TABLA V damos una relación de los
anillos de Saturno y las divisiones con la indicación de su descubridor.
Observaciones
de ocultaciones de estrellas por el planeta Urano efectuadas en 1977 pusieron
de manifiesto la presencia de por lo menos 10 anillos alrededor de dicho
planeta, cada uno de ellos con una anchura de pocos kilómetros y a distancia de
1 a 2 km uno del otro, anillos que son demasiado estrechos para poder ser
observados directamente. El paso del Voyager 2 a través del sistema uraniano
permitió obtener imágenes detalladas de los mismos.
Asimismo,
a partir del análisis de ocultaciones de estrellas por Neptuno se llegó a la
conclusión de que este planeta posee un anillo de 10 a 15 km de anchura a una
distancia aproximada de 76400 km de su centro y que se extiende más allá de
tres radios del planeta.
Los asteroides son pequeños planetas
telescópicos que describen sus órbitas elípticas principalmente entre las de
Marte y Júpiter. Presentan excentricidades e inclinaciones mayores que las de
los planetas y los que pasan cerca de la Tierra se utilizan para determinar la
paralaje solar.
Los cometas se caracterizan por su cabellera, mostrando también, muchas
veces, un núcleo o condensación
central y dos colas: una iónica y
otra compuesta de polvo que se va desarrollando conforme el cometa se acerca al
Sol. La primera se orienta según el campo magnético solar y la segunda según la
presión de radiación. Los cometas se clasifican en periódicos y no periódicos
según que la cónica que describen alrededor del Sol sea una elipse o una
parábola o hipérbola, respectivamente.
Los meteoroides son fragmentos rocosos que
se ponen incandescentes al penetrar en la atmósfera terrestre, originando los meteoros. Si el meteoroide o parte del
mismo, llega a la superficie de la Tierra, se llama meteorito y si es de gran tamaño y al caer estalla, bólido.
Algunos
grupos más o menos numerosos de meteoroides o enjambres meteóricos describen órbitas elípticas alrededor del Sol
y si éstas cortan a la de la Tierra, al atravesar la atmósfera terrestre, dan
lugar al fenómeno conocido vulgarmente con el nombre de lluvia de estrellas fugaces. El punto de la esfera celeste del cual
parecen provenir los meteoroides, definido por la dirección de la velocidad
relativa geocéntrica de los mismos, es el punto
radiante del enjambre.
El polvo meteórico, constituido por
partículas pétreas y metálicas, se distribuye concentrándose en torno al plano
medio de las órbitas planetarias, es decir, en la banda del zodíaco, con
densidad decreciente según nos alejamos del Sol. Al difundir la luz solar,
puede observarse como luz zodiacal
unas horas antes de salir o después de ponerse el Sol. También se manifiesta en
una condensación del mismo existente en dirección opuesta al Sol, originando la
llamada luz antisolar
(“gegenschein”).
Por
último, el gas interplanetario es,
principalmente, una mezcla de hidrógeno, helio y electrones libres.