Aurora. Papeles del Seminario María Zambrano 4
Carmen Revilla Guzmán (dir.)
Cuando uno se acerca a la obra de María Zambrano sorprende, en primer lugar, el carácter liminar, fronterizo, de difícil clasificación y ubicación teórica de sus escritos. Quizá sea éste uno de los rasgos que abre su escritura a una indefinida pluralidad de lectores que acogen sus palabras como germen de posibilidad de creación - un rasgo, sin embargo, que no deja de constituir un desafío desde el punto de vista teórico. La utilización de imágenes que funcionan como símbolos, de "metáforas esenciales", supone una particularidad semántica en el discurso filosófico -un discurso conceptual, sostenido por una tradición específica y por las instituciones en las que se gesta, se conserva y transmite- que no indica sólo una singular cualidad literaria cuya consecuencia sería ese sintomático deslizamiento entre literatura y pensamiento, entre filosofía y poesía. En una autora con una tan fuerte conciencia de "estilo", en un sentido se diría que nietzcheano, esta peculiaridad de su trabajo con las palabras parece más intencionada que casual.